El auto iba al mando de un hombre, que al practicarle el dosaje alcohólico le dio una graduación de 2.57. Ante semejante estado de ebriedad, el juez Oscar De Diego ordenó que se le inicie un proceso por el artículo 67 bis que sanciona con una elevada multa o arresto de hasta 30 días, más inhabilitación para conducir hasta 90 días, al que conduzca con alcoholemia por encima de 1 gramo por litro de sangre. Debido a que en ese momento no había medios para retener el auto, se dispuso entregarlo a un familiar directo del conductor.